ANDREU ESTANY, Mariano (Mataró, Barcelona, 1888 –
Biarritz, Francia, 1976).
“Escena musical”, 1934.
Óleo sobre tabla.
Firmado y fechado en la zona inferior izquierda.
Medidas: 80 x 96 cm; 93 x 109 cm (marco).
La obra que se presenta se encuadra dentro de la línea
más interesante de la producción artística de Mariano Andreu, en la
que el artista realiza obras caracterizadas por el exceso de
ornamentación, una decoración con reminiscencias clasicistas si
bien impregnadas de elementos completamente manieristas. Siguiendo
la tendencia de la pintura Art Nouveau, Andreu pinta personajes
etéreos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la
pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras. De
esta manera, sus figuras protagonistas se caracterizan por la
rotundidad en sus volúmenes, así como por la utilización de líneas
depuradas. Entre las temáticas más recurridas en su producción
destaca la del circo y la de la Commedia dell’arte, un tipo de teatro
popular nacido a mediados del siglo XVI en Italia y que se dilató en
el tiempo hasta comienzos del siglo XIX. De esta manera, en sus obras se
observan elementos del teatro renacentista italiano combinados con
bizarras tradiciones carnavalescas. No es de extrañar, por tanto,
que en la obra que se presenta se observe un disperso grupo de
bailarinas, o un mimo tocando un instrumento de cuerda, así como
músicos que endulzan la escena con sus sutiles melodías. Las
reminiscencias renacentistas italianas se observan en el cortille
en el que el artista ubica la obra, cerrado por monumentales pórticos
apoyados en pilastras y coronados por tímpanos clásicos. En última
instancia, Andreu abre la escena a una villa medicea, rodeada por un
jardín profusamente descrito, con detallismo, y una paleta cálida
a base de tonos pardos.
Pintor, dibujante, grabador, escultor, decorador
y escenógrafo, Mariano Andreu se inicia en el mundo del arte atraído
por la plástica del espectáculo. Principalmente autodidacta, pasó
esporádicamente por la academia de Francesc A. Galí. Estudió en
Londres en la Municipal School of Arts & Crafts, y allí quedó
fascinado por el estilo de Aubrey Beardsley y por la pintura
prerafaelita. De regreso a Barcelona se une al grupo de los Decadentistas,
primera manifestación del Novecentismo. En 1911 Andreu expone su
obra por primera vez, en una colectiva organizada en el Faianç Català.
Al año siguiente se instala en París, ciudad donde cosechó siempre
grandes éxitos de crítica y público, aunque regresará de manera
intermitente a Barcelona. Viaja más tarde a Italia para estudiar las
obras del Renacimiento, un hecho que marcará definitivamente su
obra. Realizó diversas exposiciones en Barcelona, París, Munich,
Tokio, Osaka, Londres, Bruselas, Nueva York, Los Ángeles y Buenos Aires.
Está representado en los Museos del Teatro y de Arte Contemporáneo de
Barcelona, además de en diversas entidades públicas y privadas
internacionales.
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