FRANCESCO SOLIMENA (Canale di Serino,1657; Nápoles,1747).
Óleo sobre tela.
Medidas: 76 x 105 cm.; 93 x 123 cm.(marco).
Estamos ante una composición celestial característica de
Francesco Solimena, pintor destacado de la escuela napolitana, a la que supo
adaptar el lenguaje barroco romano. Aquí, lo etéreo de la atmósfera celestial
contrasta con los cuerpos esculpidos con contrastados sombreados, creando un
retrato de grupo con variedad de figuras entablando animadas interrelaciones.
La teatralidad barroca, la plasticidad cromática, el audaz juego de claroscuro,
el naturalismo impreso en los drapeados... son característicos de su quehacer.
Llamado también l'Abate Ciccio, esto es, el Abad Ciccio, fue
un pintor italiano barroco. Considerado uno de los artistas que mejor
encarnaron la cultura tardo-barroca en Italia, Solimena se formó en el taller
de su padre Angelo, en Nocera, donde vivía su familia. Recibió la influencia de
Francesco Guarino, acercándose posteriormente a la pintura escenográfica y
fantasiosa de Luca Giordano y a la tenebrista de Mattia Preti. Sus obras entre
1670 y 1680, entre las que destacan El Paraíso en la catedral de Nocera y la
Visión de San Cirilo de Alejandría en la iglesia de San Domenico de Solofra,
fueron hechas en colaboración con su padre. Las obras ejecutadas desde 1680 se
acercan a la pintura naturalista, como los frescos de San Giorgio en Salerno, o
las telas de las Virtudes de la sacristía de San Paolo Maggiore en Nápoles. En
la tela de San Francisco renuncia al sacerdocio de la iglesia de Sant'Anna dei
Lombardi (1691-1692) es evidente la influencia de Mattia Preti. Su estilo se
consagra con "La expulsión de Heliodoro del templo, en la iglesia del Gesù
Nuovo de Nápoles, y con los frescos de la capilla de San Filippo Neri en la
Chiesa dei Gerolamini". En 1728 recibió el encargo del cardenal Michele
Federico Althann, virrey de Nápoles y obispo de la ciudad húngara de Vác, de un
cuadro representando al prelado en el acto de ofrecer al emperador de Austria
Carlos VI el catálogo de la pinacoteca imperial (actualmente en el
Kunsthistorisches Museum de Viena). Un retorno a su obra de juventud se
evidenció a partir de 1735, como en los cuadros realizados en el Palacio Real
de Caserta por encargo de Carlos de Borbón. Trabajó para la mayoría de cortes
europeas, pero sin moverse casi nunca de Nápoles. Murió en su villa de Nápoles
del barrio de Barra en 1747. Algunas obras: La Visión de San Cirilo de
Alejandría, Solofra, iglesia de San Domenico. Historia de Santa Tecla, Arquelaa
y Susana, (1680), Salerno, iglesia de San Giorgio. Virtudes (1690), Nápoles, Basílica
de San Paolo Maggiore. El Milagro de San Juan de Dios, (1691), iglesia del
Ospedale della Pace, actualmente en el Museo Cívico de Castel Nuovo. La
expulsión de Heliodoro del templo, (1725), Nápoles, iglesia del Gesù. El
cardenal Michele Federico Althann ofrece al emperador Carlos VI el catálogo de
la pinacoteca imperial, (1728), Viena, Kunsthistorisches Museum. San Nicolás de
Bari, Fiumefreddo Bruzio, iglesia de Santa Chiara. Autorretrato, Museo del
Prado. San Juan Bautista, Museo del Prado.
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