Tommasso
Campana (Bolonia, activo c.1606-1620).
Escuela lombarda del siglo XVII.
Pareja de bodegones.
Óleo sobre lienzo.
Reentelado. Bastidor posterior.
Se adjunta certificado de autenticidad de Emilio Negro.
Medidas: 75,5 x 94,5 cm; 92,5 x 111 cm (marco).
Pareja de bodegones que conforman una singular yuxtaposición de naturalezas vivas y muertas: a la izquierda, con aves de distintas especies (con un papagayo en primer término sobre un tronco y una ciudad recortada en el fondo), el segundo con un perro carlino (raza típicamente boloñesa) olisqueando una tarta, un gato a punto de comerse una carpa; limones y uvas completan el cuadro.
Llama la atención la originalidad compositiva y la audacia plástica lograda con los fuertes contrastes lumínicos. Nos encontramos ante alegorías complejas, que conjuran distintos temas: los sentidos del gusto, el olfato (el can y el gato ante las piezas de comida) y el oído (el piar de las aves), lo efímero de los bienes terrenales (tema común a las vanitas), y el papagayo como símbolo solar cuya presencia antes del alba se tiñe de presagios. Hora mágica, ese albor plateado cuyas cadencias místicas el pintor ha sabido captar.
Esta pintura se inscribe en un periodo de transición, entre el manierismo y el barroco, una época en que la pintura lombarda (y concretamente la bolognesa) conoce propuestas heterogéneas y libres de cánones.
Tommaso Campana fue un afamado pintor de naturalezas vivas y muertas, escribe el estudioso Emilio Negro, siendo profusamente solicitadas este género de obras suyas por su originalidad. Negro (co-autor de “La scuola dei Carracci, Dall’accademia alla bottega di Ludovico”), confirma la atribución de los bodegones que nos ocupan confrontánlos con composiciones similares como “Natura viva con cacciagione” (Galleria Borghese de Roma), , o con la “Natura morta con un fascio di gigli” en la Cappella dell’Annunziata en el Palazzo del Quirianale de Roma . En todas ellas se evidencia el mismo modo de superponer los planos - en una suerte de alegoría de la abundancia, nos dice – y el mismo modo de trabajar los rojos y ocres sobre una base monocroma.
Tommaso Campana (documentado del 1604 al 1619) fue un pintor italiano, discípulo de los maestros boloñeses Ludovico Carracci y Guido Reni, trabajó en Bolonia y Roma, pintor de palas de altar, frescos, bodegones y animales, algunos documentados por el príncipe Ludovisi. Se conocen pocos datos sobre la vida de Campana, la mayoría de ellos proporcionados por Carlo Cesare Malvasia. El erudito boloñés lo distingue de Giacinto Campana, que fue su profesor de dibujo. Participó en la decoración del claustro del San Michele in Bosco de Bolonia (1604-1605) junto a destacados pintores de su generación. Poco después le encontramos trabajando a las órdenes de Guido Reni en diversos proyectos, como la decoración al fresco de diversas estancias del Palacio del Quirinal. La Pinacoteca de Bolonia registra la entrada (1883) de una pintura procedente de la Colección Zambeccari, aunque se desconoce que fue de ella con posterioridad, al igual que la Magdalena penitente del museo de Stuttgart. Obras destacadas: frescos de San Michele in Bosco (1605, Bolonia); Santa Cecilia reparte sus riquezas entre los pobres; Santa Cecilia comparece ante el tirano, Paisaje con animales (Galería Borghese, Roma), Magdalena penitente (antes en la Staatgalerie, Stuttgart), Milagro de la multiplicación de los panes y los peces (antes en el Museo Kaiser Friederich, Berlín; Dos ángeles con fasces y flores (Palacio del Quirinal); Baco, Ariadna y la Abundancia (antes en la Pinacoteca Nacional de Bolonia).
Escuela lombarda del siglo XVII.
Pareja de bodegones.
Óleo sobre lienzo.
Reentelado. Bastidor posterior.
Se adjunta certificado de autenticidad de Emilio Negro.
Medidas: 75,5 x 94,5 cm; 92,5 x 111 cm (marco).
Pareja de bodegones que conforman una singular yuxtaposición de naturalezas vivas y muertas: a la izquierda, con aves de distintas especies (con un papagayo en primer término sobre un tronco y una ciudad recortada en el fondo), el segundo con un perro carlino (raza típicamente boloñesa) olisqueando una tarta, un gato a punto de comerse una carpa; limones y uvas completan el cuadro.
Llama la atención la originalidad compositiva y la audacia plástica lograda con los fuertes contrastes lumínicos. Nos encontramos ante alegorías complejas, que conjuran distintos temas: los sentidos del gusto, el olfato (el can y el gato ante las piezas de comida) y el oído (el piar de las aves), lo efímero de los bienes terrenales (tema común a las vanitas), y el papagayo como símbolo solar cuya presencia antes del alba se tiñe de presagios. Hora mágica, ese albor plateado cuyas cadencias místicas el pintor ha sabido captar.
Esta pintura se inscribe en un periodo de transición, entre el manierismo y el barroco, una época en que la pintura lombarda (y concretamente la bolognesa) conoce propuestas heterogéneas y libres de cánones.
Tommaso Campana fue un afamado pintor de naturalezas vivas y muertas, escribe el estudioso Emilio Negro, siendo profusamente solicitadas este género de obras suyas por su originalidad. Negro (co-autor de “La scuola dei Carracci, Dall’accademia alla bottega di Ludovico”), confirma la atribución de los bodegones que nos ocupan confrontánlos con composiciones similares como “Natura viva con cacciagione” (Galleria Borghese de Roma), , o con la “Natura morta con un fascio di gigli” en la Cappella dell’Annunziata en el Palazzo del Quirianale de Roma . En todas ellas se evidencia el mismo modo de superponer los planos - en una suerte de alegoría de la abundancia, nos dice – y el mismo modo de trabajar los rojos y ocres sobre una base monocroma.
Tommaso Campana (documentado del 1604 al 1619) fue un pintor italiano, discípulo de los maestros boloñeses Ludovico Carracci y Guido Reni, trabajó en Bolonia y Roma, pintor de palas de altar, frescos, bodegones y animales, algunos documentados por el príncipe Ludovisi. Se conocen pocos datos sobre la vida de Campana, la mayoría de ellos proporcionados por Carlo Cesare Malvasia. El erudito boloñés lo distingue de Giacinto Campana, que fue su profesor de dibujo. Participó en la decoración del claustro del San Michele in Bosco de Bolonia (1604-1605) junto a destacados pintores de su generación. Poco después le encontramos trabajando a las órdenes de Guido Reni en diversos proyectos, como la decoración al fresco de diversas estancias del Palacio del Quirinal. La Pinacoteca de Bolonia registra la entrada (1883) de una pintura procedente de la Colección Zambeccari, aunque se desconoce que fue de ella con posterioridad, al igual que la Magdalena penitente del museo de Stuttgart. Obras destacadas: frescos de San Michele in Bosco (1605, Bolonia); Santa Cecilia reparte sus riquezas entre los pobres; Santa Cecilia comparece ante el tirano, Paisaje con animales (Galería Borghese, Roma), Magdalena penitente (antes en la Staatgalerie, Stuttgart), Milagro de la multiplicación de los panes y los peces (antes en el Museo Kaiser Friederich, Berlín; Dos ángeles con fasces y flores (Palacio del Quirinal); Baco, Ariadna y la Abundancia (antes en la Pinacoteca Nacional de Bolonia).
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