Escuela
francesa, segunda mitad siglo XIX.
Óleo sobre cartón duro prensado.
Lleva un monograma de Toulouse Lautrec en el ángulo superior derecho.
Medidas: 45,5 x 65,5 cm.
Nos encontramos ante una pintura francesa cuya autoría parece responder a un seguidor de Toulouse Lautrec, quizás a un pintor de su círculo parisino. El Museo Van Gogh de Ámsterdam conserva una "Bailarina española" de Lautrec cuya técnica sintética se asemeja a la empleada en esta composición (que difiere del trazo más estilizado de sus dibujos modernistas). Es probable que el autor de este óleo se inspirara en aquel cuadro o en otro de tema afín, pues queda constancia de que el pintor de Montmartre, conocido sobre todo por extraer la chispa de los más sórdidos ambientes de music-hall, burdeles y cabarets parisinos, también se interesó por desvelar el duende del baile gitano. Volviendo al cuadro que nos ocupa, una escena de tablao flamenco se desarrolla bajo unas arquerías que evocan los típicos patios andaluces. Ante los guitarristas sentados bajo el arco central, dos bailarinas (una de ellas agitando un velo) arquean sus torsos haciendo vibrar los vestidos cuya caída en cascada es reproducida con raudos toques de pincel. Franquean a las bailarinas hombres y mujeres cuyo elegante atuendo nos lleva a pensar en una boda o evento especial. Bailarinas espontáneas animan tambén el escenario con sus trajes coloristas y enérgico movimiento. El pintor combina trazos de generosa materia con toques más diluidos, dirigiendo así nuestra atención hacia donde le conviene: así, nos demoramos en la contemplación de la mantilla blanca que luce la mujer de rojo, en el efecto lumínico destellante que sugieren las bolas de fiesta entre festones de hiedra... El pintor ha asimilado los logros técnicos del impresionismo y los aplica libremente combinándolos con una voluntat reductiva y sintética que avanzan soluciones que explorarán fauves y expresionistas. Estamos ante una escena alegre y desenfadada, de colorido intenso y contrastado, una sinfonía de verdes, blancos, rojos y amarillos que agitan los cuerpos de las bailaoras.
Óleo sobre cartón duro prensado.
Lleva un monograma de Toulouse Lautrec en el ángulo superior derecho.
Medidas: 45,5 x 65,5 cm.
Nos encontramos ante una pintura francesa cuya autoría parece responder a un seguidor de Toulouse Lautrec, quizás a un pintor de su círculo parisino. El Museo Van Gogh de Ámsterdam conserva una "Bailarina española" de Lautrec cuya técnica sintética se asemeja a la empleada en esta composición (que difiere del trazo más estilizado de sus dibujos modernistas). Es probable que el autor de este óleo se inspirara en aquel cuadro o en otro de tema afín, pues queda constancia de que el pintor de Montmartre, conocido sobre todo por extraer la chispa de los más sórdidos ambientes de music-hall, burdeles y cabarets parisinos, también se interesó por desvelar el duende del baile gitano. Volviendo al cuadro que nos ocupa, una escena de tablao flamenco se desarrolla bajo unas arquerías que evocan los típicos patios andaluces. Ante los guitarristas sentados bajo el arco central, dos bailarinas (una de ellas agitando un velo) arquean sus torsos haciendo vibrar los vestidos cuya caída en cascada es reproducida con raudos toques de pincel. Franquean a las bailarinas hombres y mujeres cuyo elegante atuendo nos lleva a pensar en una boda o evento especial. Bailarinas espontáneas animan tambén el escenario con sus trajes coloristas y enérgico movimiento. El pintor combina trazos de generosa materia con toques más diluidos, dirigiendo así nuestra atención hacia donde le conviene: así, nos demoramos en la contemplación de la mantilla blanca que luce la mujer de rojo, en el efecto lumínico destellante que sugieren las bolas de fiesta entre festones de hiedra... El pintor ha asimilado los logros técnicos del impresionismo y los aplica libremente combinándolos con una voluntat reductiva y sintética que avanzan soluciones que explorarán fauves y expresionistas. Estamos ante una escena alegre y desenfadada, de colorido intenso y contrastado, una sinfonía de verdes, blancos, rojos y amarillos que agitan los cuerpos de las bailaoras.
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