JOSE PINELO
LLUL (Cádiz, 1861 - Sevilla, 1922)
“Guadalcanal”, 1903.
Óleo sobre tabla.
Firmado fechado y dedicado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 30,5 x 36 cm; 52 x 58 cm (marco).
La obra muestra el paisaje de Guadalcanal que es un municipio español de la Sierra Norte de la provincia de Sevilla.El presente ejemplo se puede relacionar con el costumbrismo español del siglo XIX. Tradicionalmente, la pintura y la literatura españolas del siglo XIX y XX se han interesado por las costumbres y los tipos populares. El mismo Sorrolla comentó “Quiero dar, siempre dentro del verismo de mi escuela, una representación de España; no buscando filosofías, sino lo pintoresco de cada región”. Esta corriente se extendió por todas las provincias de España siendo Andalucía la que mayor fama alcanzó en la representación de la vida popular. Por ello Este tipo de obras fueron muy habituales, y apreciadas, en el arte español desde el siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Donde se estilaba la creación de patrones populares retratados a través de una visión idílica donde el autor se encuentra influido por una estética y herencia romántica, desarrollado durante la segunda mitad del siglo XIX y que derivó en una concepción localista del paisaje, en obras que reflejaban el amor por la propia tierra y la belleza y el lirismo de lo cotidiano, lo cercano, lo conocido.
Alumno de Eduardo Cano en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla hasta 1879. Pinelo LLul Viajó a Roma donde estudió junto al mestro Villegas. Volvió de Italia en 1881, alternando su producción como pintor de escenas realistas de género costumbrista con una creciente dedicación a la pintura de paisaje, práctica en la que influyó poderosamente su compañero Sánchez Perrier; una vertiente que con el paso del tiempo le convertiría en uno de los más activos divulgadores del trabajo paisajístico de la escuela de Alcalá de Guadaíra, pintando escenas del Guadalquivir, de Genil y otros parajes andaluces.En 1891 inicia Pinelo sus campañas americanas, logrando exponer ese mismo año en Brasil y Estados Unidos, y a partir de 1899 en Argentina, donde consiguió abrir un auténtico mercado de salida para la pintura española. Esa labor de difusión del arte español en América, como organizador de exposiciones, fue recompensada con un sillón en la Academia de San Fernando y con el nombramiento de caballero gran cruz de la Orden de Isabel la Católica en 1913 y de comendador de la Orden de Carlos III.
“Guadalcanal”, 1903.
Óleo sobre tabla.
Firmado fechado y dedicado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 30,5 x 36 cm; 52 x 58 cm (marco).
La obra muestra el paisaje de Guadalcanal que es un municipio español de la Sierra Norte de la provincia de Sevilla.El presente ejemplo se puede relacionar con el costumbrismo español del siglo XIX. Tradicionalmente, la pintura y la literatura españolas del siglo XIX y XX se han interesado por las costumbres y los tipos populares. El mismo Sorrolla comentó “Quiero dar, siempre dentro del verismo de mi escuela, una representación de España; no buscando filosofías, sino lo pintoresco de cada región”. Esta corriente se extendió por todas las provincias de España siendo Andalucía la que mayor fama alcanzó en la representación de la vida popular. Por ello Este tipo de obras fueron muy habituales, y apreciadas, en el arte español desde el siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. Donde se estilaba la creación de patrones populares retratados a través de una visión idílica donde el autor se encuentra influido por una estética y herencia romántica, desarrollado durante la segunda mitad del siglo XIX y que derivó en una concepción localista del paisaje, en obras que reflejaban el amor por la propia tierra y la belleza y el lirismo de lo cotidiano, lo cercano, lo conocido.
Alumno de Eduardo Cano en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla hasta 1879. Pinelo LLul Viajó a Roma donde estudió junto al mestro Villegas. Volvió de Italia en 1881, alternando su producción como pintor de escenas realistas de género costumbrista con una creciente dedicación a la pintura de paisaje, práctica en la que influyó poderosamente su compañero Sánchez Perrier; una vertiente que con el paso del tiempo le convertiría en uno de los más activos divulgadores del trabajo paisajístico de la escuela de Alcalá de Guadaíra, pintando escenas del Guadalquivir, de Genil y otros parajes andaluces.En 1891 inicia Pinelo sus campañas americanas, logrando exponer ese mismo año en Brasil y Estados Unidos, y a partir de 1899 en Argentina, donde consiguió abrir un auténtico mercado de salida para la pintura española. Esa labor de difusión del arte español en América, como organizador de exposiciones, fue recompensada con un sillón en la Academia de San Fernando y con el nombramiento de caballero gran cruz de la Orden de Isabel la Católica en 1913 y de comendador de la Orden de Carlos III.
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