TRADUCTOR TRANSLATOR

martes, 27 de noviembre de 2018

Reloj de sobremesa, época Napoleón III






Estilo imperio.
Bronce dorado y alabastro.
Medidas: 43 x 23 x 13 cm.
Reloj de sobremesa con estructura arquitectónica de alabastro, compuesta por una base de alta densidad visual con decoraciones vegetales sobre la que se apoyan cuatro columnas dóricas de base cuadrada, que a su vez sostienen un fino friso con ornamentos florales. El mecanismo del reloj está realizado en bronce dorado, decorado con motivos barrocos y con numeración romana dorada sobre fondo dorado.

El barco de los Ocho Inmortales








Escultura tallada. China, Dinastía Qing. siglo XIX.
Bambú, madera y hueso de melocotonero.
Con sello de autorización a la exportación del Ministerio de Cultura chino.
Medidas: 28 x 14 x 22 cm; 28 x 26 x 15 cm (con base)
Finamente tallado y perforado con los ocho inmortales en una gran balsa de troncos, formado a partir de una sección de árbol o raíz nudoso de bambú y una base de madera tallada simulando las olas del mar.
Esta talla representa a los Ocho Inmortales Daoístas y sus asistentes mientras cruzan el mar agitado después de asistir al festival de melocotones de la Reina Madre del Oeste. En lugar de viajar por sus nubes, combinaron sus poderes para navegar y pasar la tempestad. El proverbio es una lección sobre cómo las fortalezas y los dones individuales se pueden usar para enfrentar el mismo obstáculo.
Es curioso observar que la espesa enredadera envuelta alrededor de la barca construido por ramas no es la fuente de los racimos de frutas, disipando así la teoría de las uvas u otras frutas cultivadas en enredaderas. Considerando el presente tema de los inmortales, esta interpretación es consistente con el simbolismo del melocotón: la inmortalidad.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Magdalena penitente





ANTONIO VIDAL ROLLAND (Barcelona, 1889 – 1970)
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 93 x 74 cm.
Pintor y grabador, Antonio Vidal Rolland se formó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y como discípulo de Clapés. En 1911 tomó parte en la VI Exposición Internacional de Arte de Barcelona, y desde entonces concurrió a numerosas colectivas, concursos y certámenes artísticos celebrados en Barcelona y Madrid, donde recibió importantes galardones como el Premio del Certamen de Desnudo Femenino, convocado por el Círculo Artístico de Barcelona en 1933. Comenzó a exponer individualmente en el año 1928 en Barcelona, ciudad en la que repitió sus exposiciones en las salas Gaspar y Augusta. Participó asimismo en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid, en sus ediciones de 1943, 1944, 1950 y 1954, entre otras. Está actualmente representado en las colecciones del MACBA y el Nacional de Arte de Cataluña.

Les espigadores









BAIXERAS VERDAGUER, Dionís (Barcelona, 1862 – 1943).
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 140 x 210 cm; 158 x 228 cm (marco).
En este lienzo Baixeras plasma una escena costumbrista, aparentemente plácida por la atmósfera silenciosa y casi crepuscular, pero sin embargo cargada de una contenida tensión. El pintor va más allá de la mera descripción costumbrista o anecdótica, reflejando una pesadumbre en el rostro y el gesto de la mujer que espiga en primer término, quien se convierte en la absoluta protagonista de la obra. Rodeada por un paisaje luminoso, de delicado cromatismo y captado con un tono lírico tremendamente expresivo, las jóvenes representadas en primer plano permanecen ajenas a todo lo que la rodea, de pie, trabajando bajo el tibio sol del amanecer, sumidas en sus propios pensamientos mientras realizan arduamente su trabajo. En segundo término, una mujer espiga mientras otros dos individuos se toman un respiro y disfrutan de la observación del evocador paisaje que les rodea. Mediante esta captación psicológica de los personajes, Dionís Baixeras nos cuenta una historia completa, sin necesidad de acudir a complicados recursos narrativos. Compositivamente destaca el sin duda magistral juego de luces y sombras aplicado por el artista, una luz dorada y ardiente tremendamente expresiva que configura intensas zonas de sombras producidas por las figuras femeninas y los fardos de paja. Cerrando el espacio, grandes montañas cuyas cumbres se recortan nítidamente contra el cielo nubiloso, teñido de una tonalidad cálida por la luz del amanecer, dando como resultado un cielo argénteo en perfecta consonancia con la luz general. En el primer término los colores adquieren una mayor entidad, y junto a los suaves tonos del fondo, determinados por la luz, vemos toques de intensos rojos, verdes y marrones, un recurso que le sirve al pintor para reforzar visualmente la ilusión de profundidad, la construcción del espacio tridimensional. Esta gradación cromática es suave, muy estudiada, logrando una captación atmosférica de enorme naturalismo.
Discípulo en la Escuela de la Lonja de Martí Alsina y, sobre todo, de Antonio Caba, durante sus años de estudiante Baixeras recibió el sobrenombre de “el medallas”, debido a su facilidad para ganar los concursos. Expuso por primera vez en 1882, en la sala Parés de Barcelona, y cuatro años más tarde viaja a París, donde se entusiasma ante el realismo de temática campesina de Millet y Bastien-Lepage. Durante estos años obtuvo galardones en las Exposiciones de Bellas Artes de Madrid (1884, tercera medalla) y París (1886, mención de honor). De vuelta a Barcelona realizó grandes composiciones de carácter histórico, como las del paraninfo de la universidad (1888), las del seminario (1904, destruidas en 1936) y las de la cúpula del salón de Sant Jordi de la Generalitat (1928). En 1907 realizó una serie de dibujos de tipo documental, centrada en la representación de los rincones de Barcelona que desaparecerían con la construcción de la Vía Layetana, que le valió un premio del Ayuntamiento. En 1926 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi, y estuvo vinculado al Círculo Artístico de Sant Lluc desde su fundación. Durante sus últimos años escribió unas interesantes memorias, cuyo manuscrito original se conserva actualmente en la Academia de Sant Jordi. Baixeras se dedicó fundamentalmente a la pintura naturalista, de tema marinero o rural, en obras que acusan cierta influencia de la escuela de Olot. Elaboraba meticulosamente sus obras en el taller, por lo que sus dibujos previos tienen mucha más frescura e interés.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

La batalla de caballería


Dirk Stoop(Utrecht 1610 - 1686) 
Óleo sobre tabla, 36.9 x 54.5 cm 

Adoración de los pastores


Escuela italiana
(circa 1700) 
Adoración de los pastoresÓleo sobre cobre, 20.9 x 17.4 cm 

Un trineo y patinadores sobre hielo en el canal congelado cerca del Oude Ooster Hoofdpoort en Rotterdam


Hendrick de Meijer(1620 - 1689/1698) 
Un trineo y patinadores sobre hielo en el canal congelado cerca del Oude Ooster Hoofdpoort en RotterdamÓleo sobre lienzo, 45,3 x 62,5 cm 
En el primer plano de este cuadro , uno inmediatamente se da cuenta de un hombre haciendo su negocio. El artista a menudo optó por representar estas escenas humorísticas para provocar la risa del espectador. Cuando el dueño de la pintura mostrara su trabajo recién adquirido a un amigo o visitante; sirvió como un inicio de conversación. 
En 2015, se hizo un descubrimiento en la pintura Dorpskermis met een kerk in de achtergrondpor Isaac van Ostade (1621-1649), en la Royal Collection en el Reino Unido. Durante la restauración, se dio a conocer un hombre caca, que había sido pintado en exceso a principios del siglo XX. El rey Jorge IV (1762-1830) apreció la pequeña figura y compró la obra, pero su suculento sucesor victoriano Eduardo VII (1841-1910), el hijo de la reina Victoria (1819-1901), no era tan aficionado a la broma. 
Los artistas del siglo XVII a menudo pintaban estos temas, en parte como una broma, en parte para enfatizar su inspiración: la naturaleza. A veces, un comisionado no pagaba lo suficiente o discutía con el artista, quien luego se representaba a sí mismo en una posición de cuclillas degradante.

Círculo de Adriaen van Ostade


Círculo de Adriaen van Ostade
(circa 1650) 
Círculo de Adriaen van Ostade
Óleo sobre tabla, 38,7 x 56,6 cm 

Desnudo durmiente


Isaac Israels
Ámsterdam 1865 - La Haya 1934
Firmado abajo a la izquierda
Óleo sobre lienzo, 33 x 55.1 cm

Ships at sea

Louis Meijer

(Amsterdam 1809 - Utrecht 1866)

Ships at sea

Signed lower right

Oil on panel, 82.3 x 108.6 cm

lunes, 19 de noviembre de 2018

Retablo del Gótico tardío. España, fin. s.XV.








Cristo entre la Virgen y San Juan Bautista.
Temple sobre tabla.
Medidas: 76 x 92 cm.
Retablo tardo-Gótico representando bajo una estructura arquitectónica de compleja tracería a Cristo sentado entre la Virgen y San Juan Bautista. Parece inspirarse libremente en las mismas figuras presentes en el Políptico del Cordero Místico de Jan y Hubert van Eyck de la Catedral de San Bavón en Gante, también supeditadas a la arquería. Jesús, en el retablo que presentamos, adopta la advocación del Varón de Dolores, desnudo salvo por el paño de pureza y mostrando sus estigmas para aludir al ciclo de la Pasión. Fue ésta una iconografía con especial desarrollo en Flandes y Centroeuropa, llegando a España través de la escuela hispano-flamenca. Por ello, cabe traer a colación la tabla de "Cristo entre la Virgen y San Juan" que Diego de la Cruz (1482-1500) realizara en la época que nos ocupa. Aunque estilísticamente nuestro retablo se inscribe aún en el gótico: así lo muestra la preeminencia de un dibujo que estiliza las figuras sin pretender darles volumen, las finas manos de largos dedos, la contención expresiva de los rostros, los ribetes brocados con oro, los nimbos, y la propia estructura de pináculos con molduras apuntadas y el magnífico trabajo de nervaduras en la crestería dorada. En el fondo divisamos un apunte de paisaje, avanzando soluciones más naturalistas que se desarrollarán en las siguientes décadas.